Los equipos de Ramón Díaz se caracterizan, entre otras cosas, por su capacidad goleadora y la de sus atacantes, y el entrenador pretende que este nuevo River no sea la excepción a la regla. Pero como sabe que a eso no se llega sin hacer nada, le dedicó gran parte de la práctica de ayer a aceitar la capacidad de definición de todos sus dirigidos. “Dale que después enfrentan al arquero y no saben qué hacer”, gritó en medio de las efusivas indicaciones, y Rogelio Gabriel Funes Mori fue uno de los más apuntalados por el riojano. Es que el 9 volverá a ser titular el martes contra Boca y parece encaminarse a ser el centrodelantero riverplatense en el arranque del torneo.
Como en su época de jugador, en la que llegó a pagarle cien dólares al compañero que diera una asistencia en Japón, al entrenador lo obsesiona el gol y lo saca de sus casillas que sus jugadores no aprovechen las oportunidades que tienen de cambiar el marcador. Desde el último defensor hasta Funes Mori padecieron los gritos del técnico, quien había afirmado que al mellizo lo iba a sacar goleador. “Lo importante es cómo te parás”, le dijo una y otra vez en la práctica de ayer en Ezeiza, hasta que el delantero empezó a convertir en casi todos sus remates.